viernes, 7 de noviembre de 2014

EL CUIDADO DE LA SALUD Y LOS HÁBITOS DE RECREACIÓN .



El cuidado de la salud y los hábitos de recreación (higiene nutrición alimentación).

                                        
Hoy día existe una estrecha relación entre Salud-Actividad Física-Calidad de Vida. Tradicionalmente, la salud ha estado asociada con la ausencia de enfermedades, en cambio, en la actualidad, la OMS propone un concepto de Salud más amplio y positivo, al definirla como: “el estado de completo bienestar físico, psíquico y social, y no la mera ausencia de enfermedades”. Esta definición aporta una concepción integral de la salud, resaltando el papel responsable y autónomo que se le adjudica al individuo en el mantenimiento de su salud.

    Más acorde con la práctica de actividad física aparece el concepto de “Salud Dinámica”, acuñado por Jonson (citado por Blasco, 1994), que habla de:

Un cuerpo libre de enfermedades.

Unos órganos desarrollados adecuadamente.

Una mente libre de tensiones y preocupaciones.

    Según Devís (1995), la Calidad de Vida es: “una medida compuesta de bienestar físico, mental y social, tal y como la percibe el grupo o individuo, además de felicidad, satisfacción y recompensa”.

    Finalmente, vamos a señalar aquellos Factores que influyen sobre la salud y la Calidad de Vida de una persona:

Factores externos

FÍSICOS: las radiaciones solares, el ruido excesivo, etc.

QUÍMICOS: medicamentos, sustancias tóxicas, etc.

BIOLÓGICOS: los microorganismos (bacterias, virus, hongos) que provocan enfermedades infecciosas.

AMBIENTALES: la temperatura, la contaminación ambiental, etc.

Factores internos

HERENCIA GENETICA: predispone a padecer algunas enfermedades que son hereditarias, es decir, que pasan de una generación a otra (Ej: Diabetes, Hemofilia).

EDAD: predispone a padecer unas u otras enfermedades (Ej: arteriosclerosis en ancianos).

SEXO: hay enfermedades que son más propensas a padecerla la mujer y otras el hombre (Ej: la litiasis biliar es más frecuente en mujeres y la ulcera gastroduodenal en hombres).

HABITOS DEL INDIVIDUO: el tabaco, el alcohol, la práctica deportiva, el tipo de alimentación, etc.

3.     Hábitos y estilos de vida saludables

    Antes de comenzar con el desarrollo de este epígrafe, creo que es conveniente realizar una aclaración sobre los conceptos básicos que se van a tratar.

    Atendiendo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (2001), podemos ver que una de las definiciones que propone sobre Hábitos, es la siguiente: “Modo especial de proceder, adquirido por repetición de actos iguales u originado por tendencias instintivas”.

    Según Mendoza (citado por Bañuelos, 1996), el Estilo de Vida puede definirse como: “un conjunto de patrones de conducta que caracterizan la manera general de vivir de un individuo o grupo”.

    Una vez aclarados los términos, es importante señalar que las acciones educativas desde nuestra área, son necesarias para consolidar hábitos duraderos que incidan de forma favorable en la educación y el estilo de vida de nuestros alumnos/as. Uno de los objetivos principales que siempre se le ha asignado a nuestra área ha sido el desarrollo, mejora y mantenimiento de la salud a través de la actividad física. Esta nueva perspectiva de la EF orientada hacia la salud, obliga al docente a promover una serie de hábitos asociados a un Estilo de Vida Saludable.

    Entre otros autores, De la Cruz (1997), señala que los hábitos saludables más importantes en estas edades son:


Una Alimentación equilibrada: las necesidades nutritivas de los alumnos en estas etapas que analizamos, suelen estar cubiertas por una dieta normal y equilibrada (desayuno copioso, fruta a media mañana, almuerzo adecuado, merienda rica en lácteos y cena frugal).

La práctica de Actividad Física: la actividad física debe estar integrada en un programa de ejercicio cuya finalidad sea crear un estilo de vida saludable, es decir, mejorar la calidad de vida del sujeto. A través de este programa pretendemos, de forma genérica, mejorar la condición física y la salud, previniendo el desarrollo de ciertas enfermedades o volver a padecer alguna.

Descansos y Esfuerzos adecuados: la alternancia de esfuerzo y descanso, es lo que llevará a conseguir importantes mejoras en la condición física y por tanto, en la salud. En cuanto a las horas de sueño, los niños deben dormir al menos entre 9-10 horas, para que se restablezca el equilibrio corporal.

Higiene Personal: una correcta higiene personal es el mejor método para prevenir muchas enfermedades, especialmente las transmisibles. Ésta deberá inculcarse desde la edad infantil mediante el juego y campañas que expliquen la importancia y eficacia de normas casi siempre elementales (cepillado de dientes tras las comidas, lavado de manos, ducha corporal, etc.).

AUTORES: Jennifer lópez palacios                                             CURSO:  2QB


jueves, 23 de octubre de 2014

EL MEDIO AMBIENTE

                                                  EL MEDIO AMBIENTE




1. INTRODUCCIÓN.

El Medio Ambiente es todo aquello que nos rodea y que debemos cuidar para mantener limpia nuestra ciudad, colegio, hogar, etc., en fin todo en donde podamos estar, por esto hemos realizado la siguiente investigación acerca del Medio Ambiente.
2. Concepto de Medio Ambiente.
Medio ambiente, conjunto de elementos abióticos (energía solar, suelo, agua y aire) y bióticos (organismos vivos) que integran la delgada capa de la Tierra llamada biosfera, sustento y hogar de los seres vivos.
3. CONSTITUYENTES DEL MEDIO AMBIENTE.
La atmósfera, que protege a la Tierra del exceso de radiación ultravioleta y permite la existencia de vida es una mezcla gaseosa de nitrógeno, oxígeno, hidrógeno, dióxido de carbono, vapor de agua, otros elementos y compuestos, y partículas de polvo. Calentada por el Sol y la energía radiante de la Tierra, la atmósfera circula en torno al planeta y modifica las diferencias térmicas. Por lo que se refiere al agua, un 97% se encuentra en los océanos, un 2% es hielo y el 1% restante es el agua dulce de los ríos, los lagos, las aguas subterráneas y la humedad atmosférica y del suelo. El suelo es el delgado manto de materia que sustenta la vida terrestre. Es producto de la interacción del clima y del sustrato rocoso o roca madre, como las morrenas glaciares y las rocas sedimentarias, y de la vegetación. De todos ellos dependen los organismos vivos, incluyendo los seres humanos. Las plantas se sirven del agua, del dióxido de carbono y de la luz solar para convertir materias primas en carbohidratos por medio de la fotosíntesis; la vida animal, a su vez, depende de las plantas en una secuencia de vínculos interconectados conocida como red trófica.
Durante su larga historia, la Tierra ha cambiado lentamente. La deriva continental (resultado de la tectónica de placas) separó las masas continentales, los océanos invadieron tierra firme y se retiraron de ella, y se alzaron y erosionaron montañas, depositando sedimentos a lo largo de las costas (véase Geología). Los climas se caldearon y enfriaron, y aparecieron y desaparecieron formas de vida al cambiar el medio ambiente. El más reciente de los acontecimientos medioambientales importantes en la historia de la Tierra se produjo en el cuaternario, durante el pleistoceno (entre 1,64 millones y 10.000 años atrás), llamado también periodo glacial. El clima subtropical desapareció y cambió la faz del hemisferio norte. Grandes capas de hielo avanzaron y se retiraron cuatro veces en América del Norte y tres en Europa, haciendo oscilar el clima de frío a templado, influyendo en la vida vegetal y animal y, en última instancia, dando lugar al clima que hoy conocemos. Nuestra era recibe, indistintamente, los nombres de reciente, postglacial y holoceno. Durante este tiempo el medio ambiente del planeta ha permanecido más o menos estable.
4. PROBLEMAS MEDIOAMBIENTALES.
La especie Homo sapiens, es decir, el ser humano, apareció tardíamente en la historia de la Tierra, pero ha sido capaz de modificar el medio ambiente con sus actividades. Aunque, al parecer, los humanos hicieron su aparición en África, no tardaron en dispersarse por todo el mundo. Gracias a sus peculiares capacidades mentales y físicas, lograron escapar a las constricciones medioambientales que limitaban a otras especies y alterar el medio ambiente para adaptarlo a sus necesidades.
Aunque los primeros humanos sin duda vivieron más o menos en armonía con el medio ambiente, como los demás animales, su alejamiento de la vida salvaje comenzó en la prehistoria, con la primera revolución agrícola. La capacidad de controlar y usar el fuego les permitió modificar o eliminar la vegetación natural, y la domesticación y pastoreo de animales herbívoros llevó al sobrepastoreo y a la erosión del suelo. El cultivo de plantas originó también la destrucción de la vegetación natural para hacer hueco a las cosechas y la demanda de leña condujo a la denudación de montañas y al agotamiento de bosques enteros. Los animales salvajes se cazaban por su carne y eran destruidos en caso de ser considerados plagas o depredadores.
Mientras las poblaciones humanas siguieron siendo pequeñas y su tecnología modesta, su impacto sobre el medio ambiente fue solamente local. No obstante, al ir creciendo la población y mejorando y aumentando la tecnología, aparecieron problemas más significativos y generalizados. El rápido avance tecnológico producido tras la edad media culminó en la Revolución Industrial, que trajo consigo el descubrimiento, uso y explotación de los combustibles fósiles, así como la explotación intensiva de los recursos minerales de la Tierra. Fue con la Revolución Industrial cuando los seres humanos empezaron realmente a cambiar la faz del planeta, la naturaleza de su atmósfera y la calidad de su agua. Hoy, la demanda sin precedentes a la que el rápido crecimiento de la población humana y el desarrollo tecnológico someten al medio ambiente está produciendo un declive cada vez más acelerado en la calidad de éste y en su capacidad para sustentar la vida.
4.1 Dióxido de carbono
Uno de los impactos que el uso de combustibles fósiles ha producido sobre el medio ambiente terrestre ha sido el aumento de la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. La cantidad de CO2 atmosférico había permanecido estable, aparentemente durante siglos, pero desde 1750 se ha incrementado en un 30% aproximadamente. Lo significativo de este cambio es que puede provocar un aumento de la temperatura de la Tierra a través del proceso conocido como efecto invernadero. El dióxido de carbono atmosférico tiende a impedir que la radiación de onda larga escape al espacio exterior; dado que se produce más calor y puede escapar menos, la temperatura global de la Tierra aumenta.